Crisis de ansiedad ¿Porqué sobreviene?

Todos sufrimos, de una manera u otra, situaciones de cohibición y presión que malogran nuestro bienestar.

Todo ello impide que fluya una energía emocional que se queda estancada y “explota” en forma de ansiedad – entre otros muchos síntomas – escapando a nuestro control.

Qué podemos hacer cuando nos desborda la angustia, la sensación de ahogo o de un miedo irracional que no podemos controlar?

Ante estas situaciones, se debe ser lo suficiente ágil como para no pretender buscar las causas, ni querer encontrar razones (tampoco se puede) y simplemente, echar fuera la tensión de nuestra cabeza y el malestar en nuestro cuerpo.

Es urgente poder soltar estas situaciones que nos queman, que nos cargan, que nos cansan, para poder realmente vivir!

 

Una situación de urgencia, requiere soluciones urgentes.

 

Existe una técnica del Zen dinámico, disciplina japonesa de desbloqueo y liberación de tensiones, que consiste en darse unos golpes en el estómago o plexo solar, lugar donde se concentran estas sensaciones.

También llamado chakra de las emociones, el plexo solar está constituído por una tupida red de nervios que transmiten muchas sensaciones, tanto si nos llegan del exterior, como si se desencadenan en nuestro interior.

De ahí su poder y, a la vez, su fragilidad.

El Plexo Solar es responsable de todas las funciones digestivas, entendiendo como digestión, tanto la digestión de los alimentos como la de ciertas experiencias que no hemos podido digerir y se manifiestan como la sensación corporal de un nudo en el estómago y ciertas emociones como la rabia o la ira.

 

Práctica

Nos plantamos con los pies bien firmes en el suelo,si puede se descalzo, mejor.

Hacemos una inspiración profunda y, reteniendo el aire en los pulmones, se contrae la pared abdominal a modo de escudo y nos damos golpes seguidos, con lo puños cerrados, a la altura del estómago (no hay que temer ya que hay una poderosa masa muscular que protege nuestros órganos), alternando puño derecho e izquierdo, rápido, seguido, decididamente, sin miedo, hasta que soltamos el aire que habíamos retenido.

Se debe retener el aire un máximo de 10 segundos (no forzar).

Luego se respira profundamente (siempre por la nariz) y se descansa con un par de respiraciones tranquilas.

Este ciclo se puede repetir 4, 5 y hasta 6 veces.

Hace falta presencia, atención y decisión.

Al terminar, puedes utilizar el poder sanador de tus propias manos (todos lo tenemos), aplicándola en la zona que has golpeado y sintiendo su calor, el sosiego, la paz que transmiten y disuelven esos nudos de nervios que te angustiaban y escuchar el efecto de tu decisión.

El Zen Dinámico no se puede hacer «más o menos», ni con demasiada fuerza (tensión), ni con demasiado poca (inseguridad).

En momentos de crisis o ante algún hecho que nos afecta o impresiona profundamente, puede ser de gran ayuda.

En el Zen Dinámico, desde notar los pies firmes en la tierra, hasta la chispa eléctrica que sentimos en los dedos de las manos, la respiración poderosa…, todo es para romper con la inercia, apática o tensa, que arrastramos en aquel momento, en definitiva, para ser libres de nosotros mismos.

No deben practicarlo las mujeres embarazadas ni personas que tengan lastimada su pared abdominal aunque, incluso en este caso, no debe crear problemas si se practica “sintiendo” lo que sucede en nuestro cuerpo.

Ten presente que el objetivo es ayudar a tu persona.

Como siempre, ante cualquier duda o si precisas más información, no dudes en contactar con nosotros.