A lo largo de la Formación de Profesores de Yoga en Yoga Ashram que, en sí, ha sido muy enriquecedora en cuanto a crecimiento personal y por la oportunidad de descubrir otras realidades, con la preparación de la tesis que hemos de presentar como trabajo de fin de curso, he disfrutado muchísimo y le he dedicado muchas horas de estudio, reflexión y comprensión.
Mi tesis ha sido la experiencia del yoga aplicado a los adolescentes. Para ello, además de buscar información precisa sobre esta etapa tan especial, he estado dando unas clases a grupos de adolescentes en un instituto.
Ahora entiendo mucho mejor las distintas etapas y cambios por los que pasa un adolescente y desde esta perspectiva, es más fácil poder preparar sesiones de yoga específicas para ellos.
Las clases en el instituto han sido una buena experiencia para mí, ya que me han obligado a “afinar” la observación, la comprensión y la entrega.
He podido transmitir a estos alumnos que, siendo una etapa en sus vidas de cambios físicos, psíquicos y muy emocionales, en la que se pueden sentir desequilibrados, desorientados, desubicados…, pueden comprobar como las distintas posturas y técnicas de yoga, les pueden compensar dichos desequilibrios y cambios y llegar a disfrutar de su cuerpo y de su persona en cada momento.
Hacer clases a alumnos que nunca antes habían practicado yoga y que incluso tenían un concepto de que, eso del yoga, era sólo para «señoras mayores», exige estar al cien por cien.
Al principio se lo toman como una sesión de gimnasia y luego entienden que no sólo es el movimiento en sí, sino que les acompaña una actitud positiva, una respiración consciente, un trabajo físico intenso pero tranquilo, sin competitividad, sin tener que figurar delante de nadie … todo ello los libera de la presión del grupo y empiezan a valorar por sí mismos, libremente, su experiencia.
Es gratificador oírles decir que les ha gustado la experiencia, que lo han pasado bien, verlos sorprendidos por tener «agujetas» y cómo se muestran de agradecidos.
Observar la diferencia de la primera sesión a la última ha sido notable. Tanto a nivel físico – mucho más flexibles – como en la actitud – más atentos, alegres, colaboradores y tranquilos -.
Agradezco todas las oportunidades que tengo para poder practicar y aprender cada día un poco más!!
Gemma Morales
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