En ocasiones, nuestro cuerpo necesita algo que le provoque un cambio, un desbloqueo, y las ásanas (o posturas del yoga), como parte de la medicina ayurvédica, llegan hasta los rincones más profundos de nuestro cuerpo donde anidan tensiones y toxinas, para ayudarnos a liberarlas.

Las ásanas o posturas que practicamos en las sesiones de Hatha Yoga no pretenden ser “poses bonitas” ya que, lo más precioso, no se ve.

Ásana es una postura y, fundamentalmente, una postura ante la vida.

No debemos olvidar que lo que es adentro es afuera y, como vivimos en la ásana, así será en nuestra vida. Tal y como afrontamos la ásana es como afrontamos las circunstancias.

Con el tiempo, no sólo trabajamos el cuerpo, la mente y la respiración, sino todo aquello que sentimos.