Yoga para un embarazo consciente y feliz.

Aquí comienza el maravilloso milagro de la vida.

¿De dónde venimos?

¡Cómo de inteligente es la naturaleza para ser capaz de crear un ser vivo tan complejo y con todo funcionando a la perfección!

Las mujeres tienen el honor de gestar esta nueva vida en su interior. Ofrecen su cuerpo, sus emociones, entregan su vida, cambian sus hábitos, … para ofrecer lo mejor al nuevo Ser que está en camino.

Durante el embarazo se suceden un continuo de cambios hormonales y físicos, necesarios para la creación de la nueva vida.

Para la madre, entre tantos cambios, no es fácil mantener una actitud positiva, serena y respetuosa consigo misma.

¡Qué gran responsabilidad cuando una nueva alma se está desarrollando, célula a célula en nuestro interior, sabiendo que nuestras células se nutren a diario de nuestros pensamientos y emociones!.

Aunque feliz en su interior, estas sensaciones pueden provocar que no siempre se sienta cómoda ni pueda disfrutar tanto como quisiera esta etapa tan importante de la vida.

Debido a las exigencias del día a día, la madre no puede cuidarse todo lo que necesita, por lo que va muy cansada y, el propio cansancio, aumenta los sentimientos de tristeza, miedos e incluso ansiedad.

Todas estas emociones no son más que una demanda urgente de reposo, cuidado y consciencia que necesitan, tanto la madre como el nuevo bebé.

Realizar sesiones de yoga durante el gestación ayudará a vivir un embarazo consciente, a sentir y a conocer mejor todo lo que está sucediendo dentro de nosotras:

Aquello que se conoce se cuida, aquello que se cuida se ama. Swamini Danda.

Apuntarse a una sesión de yoga, obliga a la madre a parar, a dedicarse un tiempo y un espacio para sí misma, en la intimidad de su cuerpo y de sus sensaciones y eso ya es un buen comienzo.

Es muy recomendable practicar un mínimo de 20 minutos  durante el embarazo, del primer al último día y, si es posible, una hora para que los ejercicios del yoga ayuden a integrar los cambios naturales del embarazo, sin sufrir los inconvenientes que a veces se sienten en la espalda o en la circulación de las piernas.

El yoga contiene todo lo que un embarazo puede necesitar:

Es un ejercicio suave y consciente, acompañado siempre de una respiración profunda que activa y mejora la circulación, aportando más calidad de oxigeno a las células y equilibrando el organismo.

A niveles más profundos, esta buena oxigenación sumada a una mejor absorción de los nutrientes y una mejor eliminación de los residuos a nivel celular, hace que mejoren considerablemente las defensas y evitar resfriados u otras infecciones. Esto es muy interesante ya que se deben evitar en lo posible, los medicamentos.

Las asanas o posturas de yoga específicas para el embarazo, ayudan a liberar la tensión acumulada en el cuerpo, al mismo tiempo que fortalecen y relajan los músculos.

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Conseguimos reducir e incluso eliminar los dolores de espalda, mejorar la circulación en las piernas, fortalecer el suelo pélvico que debe estar fuerte y a la vez elástico,  tanto para el momento del parto como para una buena recuperación post-parto.

Además, hay posturas específicas que favorecen la buena posición fetal y el encaje para un mejor nacimiento.

Después del parto, es importante continuar para restablecer la faja abdominal y equilibrar de nuevo la columna y toda su musculatura.

Las técnicas de meditación, como el Kriya Yoga, ofrecen a la madre el merecido descanso de su mente y de su sistema nervioso y emocional ya que se regula el funcionamiento endocrino (equilibrio hormonal) y con él, muchos de los estados anímicos que suceden en este tiempo.

Casi todos los ejercicios de yoga pueden ser practicados durante el embarazo sin ninguna contraindicación.

Se aconseja elegir una escuela con profesores debidamente cualificados, para adaptar las diferentes posturas o asanas a la evolución del embarazo.

Vivir ésta etapa de la vida, desde el cuidado, cariño y la consciencia que se merece, será el mejor regalo, en todos los sentidos, para ambos, madre e hijo.

Sería fantástico que el padre también participara de las sesiones de yoga, en las que se proponen algunas posturas para practicar con la pareja, así como técnicas para aprender a acompañar el parto y también aprender sencillos masajes con los que «mimar» y favorecer tanto a la compañera, como al hijo que se espera.

Se crean nuevos y positivos vínculos en la pareja que se prepara para la aventura de una nueva familia, mucho antes de que llegue el bebé.