Aprendemos del árbol una de las posturas de yoga más practicadas y, porqué no decirlo, una de las más estéticas.
Si observamos a los árboles podemos ver que son muy inteligentes. Tan inteligentes que pueden vivir miles de años.
Su poder radica en su arraigo a la tierra y la apertura hacia el espacio y la luz.
Una base firme, unas raíces poderosas. Sus ramas son fuertes y, a la vez, flexibles.
Sus hojas se rinden ante las gotas de lluvia.
Cuando se llena de nieve, el árbol espera a que el viento lo mueva y le quite un poco de carga. Y, si el viento no llega, entonces pacientemente esperará la llegada de la primavera.
El árbol permite a otros seres habitarlo. Nuevas vidas dependen de él. Los pájaros, las ardillas se acogen a su protección.
El árbol y su sabiduría les da cobijo.
Los árboles nos procuran una parte muy importante del oxígeno que necesitamos para vivir,…
Todas estas interacciones demandan su rendición y constante ajuste de fuerza y flexibilidad y, de su observación, nace la postura yóguica del árbol.
Práctica
El nombre sánscrito es VRIKSASANA
Los estudiosos del Yoga han llegado a la conclusión de que, en la antigüedad, los hombres sagrados (sadhus) de la India, meditaban en esta postura, como práctica de fortalecimiento físico y mental.
Es la postura que alienta en la consecución de nuestros objetivos dándonos el equilibrio y la fuerza que emana de nuestras convicciones más profundas.
Como las raíces del árbol… centra, sostiene, alimenta.
Construcción de la postura
Partiendo de Tadasana (postura de pie), dóblese la pierna y póngase el talón derecho en contacto con la raíz del muslo izquierdo, cerca de la ingle, con los dedos para abajo.
Tu rodilla flexionada debe quedar alineada hacia el costado.
Siendo el apoyo del pie, por encima de la rodilla, si no pudieras subir tu pie hasta el muslo, entonces ponlo al lado de tu pantorrila, nunca al lado de la rodilla.
Mantén el equilibrio sobre la pierna izquierda, estírate hacia arriba y levanta enérgicamente los brazos por encima de la cabeza, hasta juntar las manos.
Sostén esta posición durante unos pocos segundos, respirando profundamente.
Baja luego los brazos separando las palmas de las manos, desdobla la pierna derecha y vuelve a la posición Tadasana.
Repite el ejercicio descansando sobre la pierna derecha y mantén la postura el mismo tiempo que la otra pierna.
Variantes y puntos a tener en cuenta
– Las manos también se pueden situar sobre la cabeza con los codos flexionados y bien abiertos hacia atrás.
– Hacer los movimientos sin brusquedad ni esfuerzos innecesarios, aflojando los músculos que no intervienen en la asana.
– No contraigas los dedos del pie de apoyo: relájalos.
– No saques el coxis ni arquees demasiado la zona lumbar.
– La postura tiene que irradiar armonía, equilibrio y firmeza.
Plano Energético
Es una postura de equilibrio, devoción y estabilidad, en la que la energía pránica se distribuye equitativamente sobre los lados izquierdo y derecho de la espina dorsal.
Muladhara chakra se activa con esta postura y se realiza un buen intercambio de energía entre los seis chakras inferiores de las piernas y los centros de la parte baja de la columna, es decir, los chakras muladhara, swadhisthana y manipura.
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