A veces estamos rodeados de personas y nos sentimos solos.
Es un sentimiento de tristeza, como si no fuéramos importantes para nadie. Me refiero a sentirnos importantes de verdad, no por nuestros méritos personales o profesionales, sino por ser, simplemente quien somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos.
La pérdida de un ser querido, tener lejos a la persona amada, una ruptura emocional, el fin de una etapa, no poder comunicar lo que estás viviendo con nadie, son circunstancias que pueden aumentar esta sensación que causa a veces tanto dolor y pena.
¿Qué podemos hacer cuando las circunstancias que provocan este sentimiento no se pueden cambiar?
Necesitamos recuperar nuestro poder personal, aprovechar la soledad y transformala en paz.
La paz, es un espacio personal, muy nutritivo para tu ser íntimo, no necesitas a nada ni a nadie, más que un poco de tiempo para estar contigo.
Es mas importante que nunca, que encuentres un tiempo para ti.
De lo contrario, irás buscando y esperando fuera que alguien o algo llene tu vacío y nada será suficientemente satisfactorio, debido a que la respuesta se encuentra sólo en tu interior.
Puedes practicar 3 ejercicios:
1. Escribe, reflexiona, planifica…
Aprovecha este momento para escribir todo lo que sientes, sin cumplimientos ni culpas, escribe todo absolutamente todo lo que vaya viniendo, esto ordena mucho tu mente, tus preocupaciones, tus emociones.
Escribe también todo lo que deseas, lo que necesitas, lo que esperas.
Es un momento muy creativo y constructivo que te permite encontrar las soluciones a tus problemas, decidir cual es la dirección a tomar.
2. Elimina la tensión del cuerpo y la mente
Esto se logra practicando algún ejercicio físico como el yoga y la meditación, estar en contacto con la naturaleza, caminar una hora, bañarse, nadar, correr, respirar…
3. Lee algún fragmento de un buen libro de auto ayuda y ponlo en práctica.
Como por ejemplo: El aprendiz de Yoga de Swamini Danda
En definitiva, cuidate, dedícate un tiempo de calidad. Hazte responsable de tu persona y de tu felicidad, y ofrece a los que te rodean no tu necesidad, sinó tu plenitud.
Si te sientes bien dentro de ti mismo, nunca te sentirás solo
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