Hari Om That Sat,

Después de que el año pasado mi curiosidad me llevara a querer realizar todos los módulos del máster a la vez, lo que las maestras me desaconsejaron, ahora comprendo que quiero saborearlos en pequeñas cantidades para poder extraer más jugo de la sabiduría de sus enseñanzas y es por esto que este año me he querido centrar sólo, en el Hatha y Raja.

Cada año parto de un momento diferente pero el juego es el mismo.

Lo divertido de todo esto es que, con cada despertar, hay un infinito mundo por descubrir y sólo depende de mí el tramo que quiero recorrer y a la velocidad a la que quiero ir.

Y ese es el reto, ir abriéndome camino a través de las dificultades que me voy encontrando.

Y en este punto estoy, integrando mi momento presente que me lleva a reestructurarme para alcanzar el ideal que me he propuesto para este año.

Aunque “a priori” pueda parecer un obstáculo porque, a día de hoy, todavía no he resuelto la introducción del estudio en mi agenda; por otro lado, siento que me está dando la fuerza y el impulso necesario para un nuevo crecimiento, similar a la fuerza que contiene una planta antes de romper la tierra para brotar.

Me siento con mucha fuerza interior y con ganas de hacer mi sádhana y de observar qué experimenta mi cuerpo durante el proceso y después de él y esperar la información implícita que contiene a modo de regalo.

He dejado de comparar negativamente mis experiencias con experiencias pasadas más positivas, sólo las observo y saboreo, impregnándome de ganas y curiosidad por saber qué se producirá en mí la próxima vez.

Noto la evolución de la práctica continuada y estoy siendo más consciente de las partes de mi cuerpo y de lo que hago para construir y para mejorar las ásanas, lo que me permite verbalizarlas y poderlas transmitir.

En relación a mi mente, observo que me falta afinar la atención. Me siento como un pintor impresionista pintando con una brocha gorda. Necesito práctica para crear caminos en estos campos llenos de maleza que componen mi mente.

A pesar de ello, también percibo evolución en este aspecto, sobre todo en Tadásana que ha pasado de ser una ásana insulsa para mí a captar mi interés, pues se me ha despertado el sentir el reparto del peso en toda la planta del pie y el del peso de mi cuerpo entre los dos pies.

Ahora estoy expectante por sentir cómo me sostengo de pie sin apenas fuerza, lo cual no quiere decir que no esté ocurriendo.

También he observado que el pranayama Vijay me libera tensión mental y me ayuda a adentrarme mejor en la Inter.

Así que…por todo esto y mucho más, gracias al Yoga y a todos los que lo han hecho y lo hacemos posible.

Om Shanti,

Pranidhana