Los yoguis desarrollaron la mente para que les sirviera, no para que les dominara. Y lo lograron con la meditación.

La meditación puede ser definida como un estado de contemplación relajada, en el momento presente, o un estado de reflexión en el que la mente se disuelve y es libre de todo pensamiento. Este tipo de contemplación es energizante y satisfactoria, ya que nos conduce a una experiencia de profunda serenidad y nos conecta con nuestra verdadera naturaleza.

Según el yoga, esta naturaleza, libre de condicionamientos, es “Sat-Chit-Ananda” (conciencia – plenitud y dicha). Se podría decir que es el estado donde el Ser es. Es un estado natural que hemos olvidado como conectarnos y nos abre la puerta hacia el conocimiento intuitivo.

La meditación también puede ser descrita como un viaje a la zona más tranquila y profunda de nuestro ser. Los tibetanos proponen una definición que es muy sencilla:

Meditar es vivir dentro de un espacio feliz

A través de la meditación, la persona toma su legítimo lugar como dueño de la casa.

Meditación también proviene de la misma raíz que Medicina es a decir sanar, curar. La práctica espiritual y la sanación, viajan junas desde muy antiguo.

Podemos definir la sanación como un “realineamiento” de nosotros mismos con el flujo armonioso y maravilloso de la vida. Las técnicas de carácter meditativo se pueden realizar como una forma de regenerar el equilibrio personal, la salud y la armonía interior.

Con la meditación se consigue un estado de bienestar, en el que la persona descansa y siente que es capaz de actuar sobre su propio cuerpo y lograr unos efectos extensivos a todo su ser (calma, tranquilidad, paz, armonía donde todo parece “encajar”, lucidez, confianza, etc..) para, después, transportarlos a su vida cotidiana. La meditación es la vía más directa para purificar la mente.

Por la práctica del “Dhyan” ó meditación, podemos entrar en contacto con la calma interior, para salir de años de condicionamientos y tensiones incrustadas, que nos impiden conocer y vivir con nuestro pleno potencial. Por su práctica son “desenmascarados” y eliminados los elementos que la perturban, tanto las impresiones latentes del subconsciente, como los deseos, miedos u obsesiones más arraigados.

Su práctica nos permite “ver claro” lo que sucede en nuestras vidas, lo que hay que alimentar y cuidar, lo que hay que soltar, lo que hay que cambiar y corregir,… qué actitudes nos aportan paz y cuales nos ponen en malestar.

Meditar no es tener la mente “en blanco”. Esto es poco menos que imposible ya que un cerebro vivo no deja de fabricar pensamientos. En ella podemos descansar del “ruído” interno y observar como los remolinos de pensamientos y emociones se transforman en calma, desapareciendo las causas de nuestros conflictos, miedos y angustias.

Al hablar de meditación preferimos decir “dejar la mente en silencio”, o sea, sin ruído, descansada y lúcida, en paz. La mente se hace calmada y firme. La meditación es el punto de apoyo desde el cual podemos mover el propio mundo.

 Beneficios de la Meditación

Con la meditación aprenderás a:

  • observar tu mente y tus emociones
  • controlar los estados mentales y emocionales negativos
  • desarrollar tu voluntad, atención y conciencia
  • descubrir al Observador Silencioso… tu Ser Interior

Si meditas diariamente durante 15 minutos por la mañana y otros 15 por la noche, te sentirás capacitado para encarar la vida con paz y fortaleza espiritual.

Mahatma Gandhi afirmó: la meditacion más profunda y eficiente que existe es el Kriya Yoga. Gracias a la paz que se logra con la práctica del Kriya Yoga he logrado soñar la paz en Índia.

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