Una vez al año, en yoga Ashram se hace un taller de Tantra Yoga para parejas.
La propuesta es interesante, destinada a padres de familia, parejas que disponen de poco tiempo para dedicarse a ellos mismos y tienen grandes responsabilidades familiares y laborales.
Mi marido y yo decidimos apuntarnos, como una oportunidad de cambiar nuestro paradigma con respecto a lo que la sexualidad se refiere.
Al principio de nuestra relación, hace más de 15 años, nuestra sexualidad era muy apasionada, cualquier momento y lugar era apropiado para saciar nuestra sed de poseernos, de tenernos uno al otro.
Con el tiempo, los hijos, la rutina diaria de trabajo, la presión por pagar la hipoteca, los colegios, médicos, extraescolares… aumentaba y la pasión se iba apagando, cada vez teníamos menos ganas de hacer el amor y, cuando lo hacíamos, era rapidito y casi siempre para descargar tensión.
Como mi cuerpo ni siquiera había tenido tiempo de excitarse, a veces me dolía. Teníamos que recurrir a fantasías morbosas, para excitarnos rápido y llegar al orgasmo.
Entonces conocimos a Javier y a Mónica y… descubrimos un nuevo concepto y forma de vivir el sexo en pareja.
Aprendimos que:
Cuando estás esperando placer, éxtasis, orgasmos, te pierdes los pequeños detalles cargados de belleza, pierdes tu creatividad, tu sensibilidad, pierdes la oportunidad de vivir una experiencia sublime con tu pareja.
Cuando buscas el orgasmo, siempre necesitas un estímulo más potente y, a más necesitas, más vacío te sientes, sufres más exigencia y presión y cada vez es más difícil saciarte.
Nuestros encuentros debían ser conscientes, sin buscar ni esperar un orgasmo, sólo presencia, sólo estar uno frente al otro, o uno dentro del otro, ya estábamos “haciendo el amor” y quizá mucho más que antes..
Sin exigir al hombre una erección potente y duradera, descubrimos el placer de la penetración blanda.
Sin exigir a la mujer que esté lista para la penetración, puede ser mucho más placentero sólo mirarse, sólo acariciarse, sólo respirar juntos, sólo estar, sin esperar.
Cuando no esperas nada, dejas que simplemente suceda, con presencia, consciencia, delicadez, es maravilloso, te sientes pleno y compartes esa plenitud, satisfacción y amor con tu pareja.
Jugamos a ser gatitos y leones, nos dimos comida con los ojos vendados…
Reencontramos la luz, la sonrisa, la alegría en la mirada del otro, nos sentimos uno con nuestra pareja, confiamos, nos soltamos, disfrutamos, respiramos…
He aprendido a escucharme y respetarme, a escuchar a mi marido y a respetarlo.
A compartir desde la libertad, desde la relajación, dándome cuenta que cuando soy dependiente, mi energía creativa se pierde y me convierto en una carga para mi pareja, limitando también su energía creativa.
Aprendimos a resolver los conflictos de pareja sin personalizar, con respeto y comprensión, que se dice rápido y es de lo más dificilito que hay.
Presencia, movimiento, sonido, respiración, las 4 llaves tántricas para ser el perfume de la flor, el calor del sol, simplemente SER, sin esfuerzo, sin juicios, sin razones, sin orgullo, sin ego…
Estuvimos bailando, meditando en movimiento, entregándonos sin esperar, bendiciendo a nuestra pareja y fuimos bendecidos por ella, nos pudimos VER desde el alma.
Y el resto, será un secreto que sólo descubrirán aquellos que tengan la oportunidad de hacer un taller de tantra yoga.
Pero si quieres leer más sobre este tema, puedes acceder al artículo de nuestro blog sexualidad y yoga.
De momento mi marido y yo somos más felices, la pasión que sentimos el uno por el otro es mejor que cuando nos conocimos, cuando hacemos el amor, perdemos la noción del tiempo.
Y podemos hacer el amor durante el día, sólo cruzando nuestras miradas al marcharnos a trabajar, cuando nos abrazamos al reencontrarnos al final del día, cuando pensamos el uno en el otro, cuando miramos a nuestros hijos…
Parece un cuento de hadas hecho realidad y lo es porque así lo hemos encontrado, escogido y alimentado.
Gracias Mónica y Javier por un taller tan completo e inspirador, por ser ejemplo de AMOR, respeto y libertad. Esa libertad que te ayuda a crecer con tu pareja.
Gracias por ayudarnos a reencontrarnos con nuestra sencillez, autenticidad, creatividad y conectar desde ahí con nuestra pareja.
Sois una bendición para las parejas.
Recibid nuestro más cálido abrazo.
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